# 7 | SIEMPRE HAY UNA OPORTUNIDAD DE SERVIR
7 enero 2021

4 de enero de 2021
SIGUIENDO AL MAESTRO | ISLA MAURICIO 2020-21
Esta mañana, muy temprano, hemos tenido la suerte de volver a la playa con Guruji. Ha disfrutado mucho bañando a Su Giridhari.
Sobre las diez, ya en el camino de vuelta, el coche de Guruji se ha desviado de la carretera principal por un pequeño camino, para detenerse unos pocos metros después en una zona completamente nueva para nosotros. Había un pueblecito en medio de una naturaleza salvaje, con pequeñas chozas y muchos perros callejeros dando vueltas alrededor. Guruji se bajó del coche y se adentró en el pueblo. Y nos regaló, de nuevo, otro momento inesperado. Siempre debemos estar preparados y concentrados en Él.
Llegamos a una casita oculta tras un seto y una voz, desde el interior, nos llamó: «¡Entrad, por favor, entrad todos!”. Estábamos en casa de un amigo suyo. Habían sido compañeros de colegio desde primer hasta quinto grado. Se comportaban con tanta naturalidad que era un placer verlos. El chico estaba limpiando la cocina y nos colocó unas sillas para que nos sentáramos. Guruji entró también en la cocina y empezaron, entre ellos, a hablar en criollo. Nunca habíamos visto a nadie interactuar con Guruji de esa manera tan relajada. Guruji lo percibió inmediatamente. A nosotros nos recordó la relación de Krishna con Sudama.
Después de unas cuantas anécdotas y risas compartidas, volvimos al coche para retomar el camino de vuelta. Guruji fue rápidamente a hacer unas compras con Swami Paranthapa, mientras nosotros preparábamos la comida. Ayer Guruji nos había dicho: «¡Cada uno de vosotros cocinareis un día para el resto! ¡Siempre se asegura de hagamos algún tipo de servicio para todos los demás!
Después de la comida, Guruji nos propuso ir al templo de Shirdi. Y justo antes de salir, en solo un instante, nos dio otra gran lección. Es la forma en la que, a menudo, nos hace aprender de Él. Simplemente observó un plástico tirado en el suelo y pidió a un devoto que lo recogiera. El devoto lo hizo y agradeció a Guruji la oportunidad de poder servirle. La respuesta clara de Guruji fue toda una lección para nosotros:
«Si hay un plástico en el suelo, la actitud vuestra debería ser la de recogerlo. Si tengo que pedirlo ya no es un servicio, porque entonces estáis obligado a hacerlo. ¡Están todos sentados ahí y nadie ve la basura que hay a su alrededor!
Varias veces, camino del templo de Shirdi, tuvimos que dar la vuelta para preguntar a la gente la dirección exacta. Finalmente, Guruji paró el coche y fuimos a pie. Nos dirigíamos al lugar donde Shirdi Baba solía aparecer, y en el que había dejado el rastro de su sombra sobre la pared. Seguro que muchos de vosotros conocéis la historia. Al llegar, encontramos la casa cerrada y todo el exterior cubierto de polvo y hojas. Las cortinas estaban prácticamente echadas por completo, pero a través de un pequeño hueco pudimos ver el interior del templo. Estaba a la izquierda, en la parte de atrás de la casa. Era obvio que aquel lugar se encontraba completamente deshabitado. Guruji nos señaló: “¿Veis a Shirdi allí en la pared? Yo solía venir aquí de niño. Aquella es la sombra que dejó después de su aparición. Y hay muchas fotos allí, ¿las veis?”.
Mientras volvíamos, nos comentó también: «¿Os fijasteis en la estatua que estaba abajo? Es la que le di a una mataji que se encontraba enferma. Después de su enfermedad, Shirdi Baba se le apareció. Y después, apareció también su sombra en la pared. Ella trató de quitarla, pero no lo consiguió. La sombra permaneció y nunca desapareció. En aquella época mucha gente iba allí a recibir darshan de Shirdi Baba. Incluido un joven de 14 años, llamado Vishwananda».
¡Estad atentos a las próximas publicaciones mientras «Seguimos al Maestro» en una peregrinación hacia lo Divino!
¡Jai Gurudev!