Paramahamsa Vishwananda nos recuerda regularmente la importancia del Bhagavad Gita. De vez en cuando, compartiremos ideas sobre el Bhagavad Gita para ayudarte a aprender y vivir sus enseñanzas. En la publicación de hoy, nos enfocaremos en el Capítulo 9, versos 21-22.
Escrito por: Vanamali
Habiendo disfrutado de este vasto reino del cielo, una vez agotado su mérito, regresan al mundo de los mortales. Como resultado, aquellos que siguen los rituales védicos y están motivados por el deseo, van al cielo temporalmente antes de regresar. Pero luego están aquellos que solo Me adoran con una concentración inquebrantable. Para aquellos que me anhelan de esta manera, Yo mismo me hago cargo de su prosperidad y bienestar.
Bhagavad Gita 9.21-22
En el capítulo 9 del Bhagavad Gita, Krishna muestra la forma en que se relaciona con Sus devotos basándose en sus prioridades y deseos. La comparación que hace Krishna es entre los adoradores de los semidioses, que desean obtener placeres celestiales, y los devotos de Krishna, claros y sin desviarse en su deseo solo por Él. Prácticamente dibuja una imagen de una competición celestial que se desarrolla, entre el familiar y atractivo reino del cielo y el misterioso y desconocido Señor de Vaikuntha, ambos llamando a diferentes partes de nuestro ser, tirando de la mente y del corazón en diferentes direcciones.
Si traemos esta visión a nuestra realidad, es como la batalla que ocurre en nuestras mentes entre las atracciones y comodidades del mundo, y la desconcertante e incomprensible realidad que es Guruji. En teoría, todos los devotos saben que no hay competición en absoluto, pero a veces subestimamos el atractivo de la solución ‘fácil’ en comparación con la solución ‘real’.
La mayoría de la gente estaría de acuerdo en que todos compartimos muchas necesidades comunes: la necesidad de pertenencia, la necesidad de afecto, la necesidad de amar y ser amado, la necesidad de seguridad, entre muchas otras. El camino para satisfacer esas necesidades “parece” más fácil o al menos visible y comprensible en el mundo material. Creamos el sentido de pertenencia al unirnos a muchas identidades, como el patriotismo hacia el país en el que nacimos, o el fanatismo leal a los equipos deportivos a los que nos han enseñado a apoyar, o uniéndonos a varios grupos centrados en nuestros pasatiempos y creencias. Y la lista continúa. Perseguimos la necesidad de afecto, amor y seguridad en los reconfortantes brazos de nuestras familias, parejas, amigos e incluso mascotas. A veces incluso evitamos el problema por completo adormeciéndonos con las drogas, el alcohol y cosas por el estilo. Todo parece planeado, lógico y, comparativamente, fácilmente alcanzable. Pero hay un problema obvio, uno que Krishna afirma en el verso 21: todas estas soluciones son temporales, mientras que nosotros, y nuestras “necesidades”, son eternas. Entonces, en verdad, por muy atractivo que parezca este camino, al final, es una ilusión en comparación con la dura verdad de que el mundo y sus dones, al igual que el cielo y sus dones, no resuelven nada.
Con Guruji, las cosas son diferentes, al igual que con Krishna. Al seguirlos, el camino para tener esas necesidades realmente satisfechas parece poco claro, el camino no siempre sigue una progresión lógica y cualquier progreso que logremos es difícil de ver o medir. ¡A veces incluso parece que nos estamos moviendo hacia atrás! Da miedo, y ese miedo, a menudo, crea dudas para profundizar en lo desconocido. Pero el hecho es que Guruji no nos sentará y justificará, ni explicará cada una de sus decisiones. Incluso si lo hiciera, al carecer nosotros de su perspectiva, ¿lo entenderíamos? Cuando nos reprende para evitar que nuestro ego se eleve, lo vemos como un duro acto de agresión hacia nosotros. Cuando no alimenta los deseos de reconocimiento y valoración de nuestro ego por las mismas razones, nos sentimos ignorados y descuidados. ¿Cómo podemos confiar en esa mente que convierte cada acto amoroso en uno de rechazo y dolor? Él quiere que confiemos en Él y que le entreguemos nuestra necesidad de comprensión. Dice en Su comentario a estos versos: “Solo aquellos que se entregan logran la Consciencia de Dios. Los que se entregan a los Pies del Maestro son afortunados. El Maestro los llevará a través del océano de samsara, los sacará de este engaño del nacimiento y muerte, y los hará conscientes”.
Parafraseando las afirmaciones de Krishna al final del verso 22, Guruji dice que a aquellos que estén dispuestos a confiar en Él y amarlo, el maestro espiritual los sacará de la ilusión y de todas sus miserias. Es muy hermoso ver lo dispuesto que está Guruji a moldearnos, protegernos y llevarnos literalmente a nuestro destino. Pero para hacer eso tenemos que dejarnos llevar de verdad, confiar realmente en Él, definitivamente, con sinceridad, independientemente de las condiciones que Él ponga ante nosotros. Una y otra vez, recuerdo que las circunstancias superficiales sobre las que la gente fantasea – las condiciones ideales de vida, el trabajo perfecto, incluso la relación externa de ensueño con Guruji- son simplemente distracciones que nos hacen prisioneros, impidiendo la entrega y la ‘concentración inquebrantable’ que Guruji y Krishna nos piden. Todos tenemos que asumir la responsabilidad de las distracciones que permitimos que se cuelen en nuestras mentes y hacer los cambios necesarios. Como dice Krishna, debemos venerarlo y no dejar que lo superficial nos distraiga de lo eterno. Pero como muestra esta cita de Guruji, es importante ser comprensivos y perdonarnos a nosotros mismos, porque todo esto es natural en el proceso de crecimiento, y debemos crecer.
“Dios ha puesto a los hombres en la Tierra para que avancen hacia Él y no para complacer a los semidioses o a las entidades de la naturaleza que tienen una vibración baja. Hubo un tiempo en el que todos vosotros encarnasteis como animales, pero esa realidad se acabó hace mucho. Cuando crecéis, dejáis vuestra infancia atrás, así que no seguís actuando como niños pequeños, ¿verdad?”
Paramahamsa Vishwananda